Opinión Sala de Prensa
Superando la trampa del ingreso medio: Cómo crecer más
El Mercurio
21 | 10 | 2013
Columna por: Juan Andrés Fontaine, Jorge Quiroz y Klaus Schmidt-Hebbel
Grupo Res Publica Chile: ”Planteamos una nueva reforma al sistema previsional, que incluya un aumento gradual de la tasa de cotización de 10% a 13% y de las edades de jubilación a 67 años para hombres y mujeres…”.
En los últimos veinticinco años, hemos crecido significativamente más que el promedio mundial, lo que ha contribuido a la reducción de la pobreza y la mejora sistemática en muchos indicadores sociales. Una mirada más detenida, sin embargo, da cuenta de dos realidades disímiles: mientras en el periodo 1986-1997 Chile registró tasas de crecimiento por sobre el 7% real anual, desde la crisis asiática y hasta 2011 hemos crecido en promedio bajo el 4%, cifra prácticamente igual al promedio mundial. Nuestro talón de Aquiles ha sido la productividad: estimaciones recientes sugieren que la productividad total de factores se mantuvo totalmente estancada entre 1998 y 2011, creciendo al 0,0% promedio por año.
Convencidos de que este panorama se puede cambiar, como integrantes del Grupo Res Publica Chile hemos elaborado un conjunto de propuestas complementarias que aspiran a incrementar la tasa de crecimiento de tendencia en al menos un punto porcentual, de 4,5 a 5,5%.
Para aumentar el ahorro, y también para mejorar las pensiones futuras de los trabajadores chilenos, planteamos una nueva reforma al sistema previsional, que incluya un aumento gradual de la tasa de cotización de 10% a 13% y de las edades de jubilación a 67 años para hombres y mujeres. Pero aumentar el ahorro nacional también requiere de un mayor compromiso del Estado, razón por la que planteamos eliminar el actual déficit estructural del gobierno, de 1% del PIB, llegando a un presupuesto estructural balanceado. Para lograr más y mejor inversión pública proponemos perfeccionar la institucionalidad para la evaluación social de proyectos, aumentando su autonomía, transparencia, rendición de cuentas y ámbito de impacto. También sugerimos mecanismos complementarios de financiamiento y mayor flexibilidad para el sistema de inversión pública y concesiones. Para atraer mayor inversión privada, es posible remover una serie de barreras específicas y mejorar regulaciones, además de aumentar los incentivos para la inversión extranjera, reduciendo el impuesto adicional para las utilidades remesadas de nueva inversión no minera.
La mejora de la productividad pasa por potenciar tres áreas complementarias: emprendimiento, innovación y competitividad. En materia de emprendimiento, resulta clave continuar con la simplificación de trámites (las dos leyes recientes han sido un avance importantísimo), así como modificar la ley de quiebras (en trámite) y fomentar la formalización de la producción y del empleo. Para eliminar los rezagos en innovación debemos aumentar la inversión en I+D (aún en niveles muy bajos respecto de países desarrollados), estimular la conexión con el exterior, apoyar la creación de negocios innovadores (capitales semilla y start-ups ) y fomentar la economía digital y de servicios. Para darle la relevancia que requiere, el Estado debería contar con un sistema de innovación agrupado en un solo ministerio (no desperdigado como hoy). Además, el efecto de las políticas, programas y regulaciones sobre la competitividad de la economía debería ser evaluado por una comisión de competitividad autónoma de primer nivel. Por último, para aumentar la competitividad de las empresas públicas, proponemos fortalecer el SEP, confiriéndole un auténtico rol de holding de empresas del Estado y constituyendo a las empresas públicas rentables en sociedades anónimas, poniendo en manos privadas (preferentemente a través de la bolsa) el 33% de su propiedad.
Finalmente, Quiroz (2013) propone un significativo conjunto de medidas pro crecimiento en los sectores de recursos naturales renovables, que hacemos nuestras. Estas propuestas siguen en términos generales la tríada señalada de mejores prácticas institucionales, reforzamiento de los derechos de propiedad y apoyo a la adopción de nuevas tecnologías.
Escuchamos frecuentemente que Chile está “en el umbral” del desarrollo. Pero, más que umbral, nuestra actual situación de país de ingreso medio puede convertirse en una trampa permanente si no reforzamos el crecimiento económico como uno de los pilares centrales de nuestra política pública.